El otro día, la vida me regaló tres valiosas reflexiones sobre la suerte, la oportunidad, y en general, las cosas que suceden en la vida de manera fortuita e impredecible.
Te explico, ven, siéntate y te cuento.
Empecé el día revisando Instagram mientras desayunaba. Quiero ser una persona mejor y leer las noticias en lugar de hacer scroll infinito en una app de Meta, pero a veces soy débil. Fue en esa app del demonio cuando donde vi el vídeo de motivación barata que había compartido una amiga. Decían:
La suerte es cuando confluyen la preparación y la oportunidad.
Al parecer es una cita de Séneca, yo no sé qué deciros.
Pensé que es cierto. Que la preparación, el estudio y la práctica son necesarias para no solo ser capaces de percibir las oportunidades, sino también de aprovecharlas. También recuerdo pensar que lo primero (la preparación) es más importante que lo segundo (la oportunidad), porque lo segundo es impredecible mientras que lo primero lo puedes controlar, planificar y llevar a término. No puedes predecir tener suerte; puedes predecir estar preparado para ella.
Primera variación: si la suerte existe, uno tiene que trabajar hacia ella. El trabajo es más importante que la suerte.
En cualquier caso, no lo pensé mucho y seguí con mi día.
Aquel día estuve viendo unas conferencias que hicieron el año pasado en mi universidad para motivar a estudiantes de doctorado. Yo no necesito mucha motivación, pero pensé que podría ser algo útil y quizás encontrara algo interesante. La mayoría era estudiantes hablando sobre su experiencia y me sorprendí descubrir que sus charlas fueron reveladoras y provechosas.
Una chica que estaba en su segundo año habló sobre cómo, a veces, hacer cosas que no quieres hacer puede tener un final feliz. Y dijo, citando a John Adams:
Every problem is an opportunity in disguise.
Yo puse los ojos en blanco, porque odio las frases que puedes poner con tipografía bonita en un paisaje. Pero tuve que coincidir con ella: a veces, es cierto, lo que en principio puede parecer una putada se convierte en algo bueno. La estudiante contó que le obligaron a aprender sobre un programa informático que odiaba, y aunque al principio fue horrible, con mucha paciencia y práctica, ese programa se ha convertido en algo imprescindible en su carrera.
Porque igual que nunca sabes cuándo te puede caer una maceta en la cabeza, nunca sabes cuándo te pueden dar un regalo. Y lo que hoy es una putada, mañana puede ser un regalo.
Segunda variación: hasta de las putadas se pueden sacar cosas buenas. Y de hecho, más vale buscarle los regalos a las putadas, porque normalmente se tiene más lo segundo que lo primero.
Seguí con mi día, que básicamente consistió en terminar de ver las conferencias de la motivación doctoral. Di con la sesión plenaria de la profesora Alison Phipps, que no tenía ni idea de quién era, pero que no olvidaré nunca desde ahora. La profesora Phipps es una persona cuyas palabras iluminan. En su charla encontré calma y guía, y más de una lección que todavía tengo que reposar.
Pero dijo algo que debo compartir con vosotras, amigas, obligatoriamente. Y lo voy a hacer citándola, porque lo dice mejor que yo:
Another really important element that I have found is that you are in a world that is a bit like a sweet shop. There are hundreds of amazing opportunities. And there’s a little voice in your head going: “This would be very good for your career”, “if you do this you’d definately get a job”… This is what I now call (…) the tiranny of the opportunity. Not all opportunities are equally good, and following every opportunity will lead you to the state of something approaching madness. You don’t have to take every opportunity (…) good opportunities are an endless supply, in my experience.1
El otro día os hablaba sobre saltar al vacío, y fíjate, hoy os hablo sobre lo contrario: quedarse quietas, no subirse al tren. No aprovechar la oportunidad si no lo ves claro.
Hace unos meses me ofrecieron organizar unos cursos de español, y dije que no. Fue una decisión meditada y honesta, en línea con el tiempo que tengo y hacia dónde quiero dirigirme. Entonces me dio miedo no aprovechar la oportunidad que se me daba, y todavía hoy me arrepiento a veces2, pero la charla de Phipps fue una validación que necesitaba a posteriori. Ese tren no me llevaba a donde yo quería, ¿por qué habría de subirme? Ya pasarán otros.
La tercera variación: no tienes que aprovechar todas las oportunidades, no todas las oportunidades son igual de buenas. Las buenas oportunidades no se acaban.
No quisiera que te tomaras esta carta como filosofía barata, amiga. Sé que una cosa es la teoría, y otra la práctica. Que las frases cortas como las que os presento rara vez encapsulan la realidad de la vida, su complejidad.
Pero a veces me gusta jugar a que sí, y de hecho creo que necesitamos esa simplicidad fingida para enfrentarnos al mundo, a las oportunidades que nos presentan. Para comprenderlo mejor y digerirlo.
La mañana que me levanté y me lancé al abismo de Instagram en lugar de leer las noticias probablemente era uno de esos días en los que necesitaba reflexiones (pre)claras, frases sencillas y escuetas sobre la complejidad de la vida. Hoy, te las traigo destiladas, reflexionadas, movidas.
Si te ha gustado, invítame a un café. Dios sabe que me hace falta.
📋 Las cosas oportunistas
La charla de Alison Phipps, que te recomiendo si empiezas un doctorado, o cualquier proyecto largo y pesado.
Ando leyendo La sonrisa del gato (Sportula, 1996), de Rodolfo Martínez. Se la llama la primera novela cyberpunk española. Aunque el lío de personajes y el nuevo vocabulario que emplea me confundía al principio, pasado el 20% creo que la estoy disfrutando bastante. Os iré contando.
Hablando de Rodolfo Martínez, me gusta visitar de vez en cuando su blog. Escritor, traductor y editor, tiene un par de cosas interesantes que decir.
He vuelto a escuchar La firma de Dios, el podcast de ficción ganador de un Ondas. Chicas, una cosa, ¿me estáis leyendo? Si os gusta la ciencia ficción, tenéis que escuchar este podcast. Un ritmo narrativo de la leche, la ciencia como generador de conflictos y reflexiones, una búsqueda constante de preguntas que acaba… como acaba, actuaciones *chef kiss*. Dadle una chance, anda. Seguro que os gusta.
Esta canción, que seguro que conoces pero que tienes que escuchar otra vez:
🌠 La oportunidad
Una de las cosas que hago es coordinar la revista de la Asociación Pórtico. Hace poco salió nuestro número 14, que puedes descargar gratis aquí.
Cada número consta de un relato, una entrevista, un artículo y unas cuantas novedades editoriales. ¡No os la perdáis!
📚 Cómo leer un libro
Gracias a
he descubierto este ensaño de Virginia Woolf titulado How Should One Read a Book (Cómo leer un libro3) y aunque todavía no he leído el ensayo completo, me ha gustado mucho esta reflexión:Para leer bien un libro hay que leerlo como si lo estuvieras escribiendo. No empieces sentándote en el estrado entre los jueces, sino parándote en el banquillo con el criminal. Sé su compañero de trabajo, conviértete en su cómplice (…) Cuando termina de leer el libro, el lector debe abandonar el banquillo y subir al estrado. Debe dejar de ser el amigo; debe convertirse en juez4
👋 ¡Adiós, amiga!
Cuando leas esto, ya estaré de vuelta en el Reino Unido, probablemente de vuelta en Aberystwyth de mis amores.
Pero mientras escribo esto todavía estoy en Valencia, y estoy decidido a hacer por lo menos dos de estas cosas. Son cosas que no podré hacer allí, que echaré de menos, y que, si puedes, te pido que hagas por mí.
Ahí van:
Desayunar melón/sandía.
Echarme una siesta con Frida, mi perra.
Tomarme una cerveza en una terraza, con una amiga, mientras atardece.
Traducción per moi: Otro elemento realmente importante que he encontrado es que estáis en un mundo que se parece un poco a una tienda de golosinas. Hay cientos de oportunidades increíbles. Y hay una vocecita en tu cabeza que dice: “Esto sería muy bueno para tu carrera”, “si haces esto seguro conseguirás un trabajo”… Esto es lo que yo ahora llamo (…) la tiranía de la oportunidad. No todas las oportunidades son igualmente buenas, y aprovechar cada oportunidad te llevará a un estado cercano a la locura. No es necesario aprovechar todas las oportunidades (…) En mi experiencia, las buenas oportunidades son infinitas.
Especialmente cuando abro la app del banco :’)
No he encontrado el texto tal cual en español, disculpad las amiguitas no anglófonas.
Trad. de Patricio Contreras