Qué pedirle a los reyes magos
Sobre crecer, la carta a los reyes magos, y sobre mí, y también un poco de Terry Pratchett.
En mi familia tenemos una tradición: siempre se escribe la carta a los reyes magos.
Bueno, no. Es mentira.
Reformulo. En mi familia tenemos una tradición: siempre escribo la carta a los reyes magos.
Desde que era pequeño, incluso cuando descubrí el terrible secreto, he escrito una escueta carta dirigida a sus majestades de oriente, enumerando una lista de articulos, casi todos ellos libros, que quería para el seis de enero. Esta carta acabó por convertirse en mail (desarrollo tecnológico), e incluso mutó en wishlist de Amazon en algún momento.
Ayer mi madre me escribió: “¿dónde está la carta de este año?”. Y yo, fan de las tradiciones, especialmente las de regalarme cosas, me puse a redactarla.
Pero cuál fue mi sorpresa al ver que no sabía qué pedir. He llegado a esa edad en la que lo que me haría ilusión sería una alfombra mullida, un cuadro grande o una cafetera nueva. Y esas no son cosas que puedo pedir porque no puedo meterlas en la maleta España-Aberystwyth.
Así que pedí libros, lo de todos los años. Cómics, libros ilustrados, tapas duras y otras pijadas que mi economía personal no me permite durante el resto del año. Como la edición ilustrada de Los cuentos de Terramar1, o el volumen integral de los comics de Saga. Frikadas para coleccionistas grandes, incómodas para leer y que sirven más como objeto de decoración que como material de lectura.
—Eduarda, no entiendo muy bien por dónde va este boletín, ¿qué me estás contando?
Ya, yo tampoco estoy seguro. Es que este fin de semana tengo mucho lío y no va a dar tiempo a escribir bien el boletín, así estoy escribiendo entre clase y clase con un petardo en el culo. Que me parece una expresión escatológicamente precisa, por cierto.
Todo lo que quiero decir es que el sinsabor al que me enfrenté al darme cuenta que crecer es no ilusionarte con la carta de los Reyes Magos, y el propio pavor que me da crecer, me obligó a rascar en el barril del consumismo capitalismo y forzarme a querer cosas, más de las que tengo, más de las que necesito.
Y acabé con una lista de cosas que más o menos quería, que más o menos me hacía ilusión, que más o menos necesitaba, y con la convicción de que cada año que pasa soy más adulto. Lo cual es muy triste.
Pero pasemos completamente de eso, sin reflexión inteligente sobre hacerse mayores ni mierdas. Os respondo a la pregunta del título y os traigo, literalmente, una lista de cosas que podéis pedirle a los reyes magos, inspirado en mis propios deseos, fantasías y vivencias.
Evitad convertíos en mí: pedid con ilusión, quered más de lo que tenéis.
Qué pedirle a los reyes magos.
Mi libro. Sabíais que iba a pasar, así que mejor pronto que tarde. Comprad mi puto libro, hacedme rico. Joder.
Una botella de agua caliente. El único objeto inanimado que me acompaña en las frías noches de invierno. Yo tardé demasiado tiempo en descubrirla: no seáis como yo.
Productos de skin care. La felicidad cabe en una pequeña caja que incluya potingues varios. Sabes que lo quieres. Todas lo queremos.
No me acuerdo de nada, de Nora Ephron. Una colección de artículos que escribió en vida. Ya os he hablado de Nora Ephron. Sabéis que soy fan. Este libro es el regalo perfecto para quien lea poco pero le guste leer. Los artículos son cortos, y Nora Ephron es brillante.
Lodo, de Julen Azcona. Un thriller publicado en Dos Bigotes que me muero por leer. Le gustará a tu amiga que le gustan los thrillers y los maricones.
Todo va a mejorar, de Almudena Grandes. La novela póstuma de la Grandes, una distopía ultracapitalista. Yo no sé tú, pero solo necesito las palabras “Almudena Grandes, distopía ultracapitalista” para ponerme a salivar.
¿Quieres libros bonitos para tener en la mesa del café y ojear de vez en cuando? ¿Te gustan los perros? ¿Quieres que deje de hacer preguntas? El gran libro de los perros, editado por Blackie Books, es tu regalo.
Las mocedades de Rodrigo, de Almijara Barbero Carvajal. Un rewriting queer del Cantar del Mío Cid. Si no te he convencido con eso, yo ya no sé. Ah, y la portada es de las cosas más chulas que he visto en la vida.
Una suscripción anual a Filmin. Filmin es el Netflix bien, cultureta y patrio. El regalo estupendo para toda persona que disfrute con el cine.
Una cámara analógica. Para esa amiguita intensa a la que le gusta hacer fotos y mantener su fisicalidad. Le encantará, ya verás.
Mi libro. Otra vez. Por si acaso. Trata sobre perros alien.
💭 La reflexión inteligente
Ah, ¿pero sigues ahí?¿Cómo? ¿Que estabas esperando una reflexión inteligente, después de este despliegue consumista?
De acuerdo.
A mí ya se me han acabado las ideas, así que dejaré que Terry Pratchett acabe con esta cita tan desoladora como navideña:
—Muy bien —dijo Susan—. No soy tonta. Me estás diciendo que los humanos necesitan… fantasía para hacer la vida soportable, ¿no?
¿DE VERAS? ¿CÓMO SI FUERA UNA ESPECIE DE PÍLDORA ROSA? NO. LOS HUMANOS NECESITAN LA FANTASÍA PARA SER HUMANOS. PARA SER EL PUNTO DONDE EL ÁNGEL QUE CAE SE ENCUENTRA CON EL SIMIO QUE SE ALZA.
—¿Hadas de los dientes? ¿Papá Puerco? ¿Pequeñas…?
SÍ. A MODO DE PRÁCTICA. HAY QUE EMPEZAR APRENDIENDO A CREER EN LAS MENTIRAS PEQUEÑAS.
—¿Para que podamos creer en las grandes?
SÍ, LA JUSTICIA. LA COMPASIÓN. EL DEBER. ESAS COSAS.2
📋 Las cosas, pocas cosas.
Este artículo: Los libros del año: miedos, familias y distopías.
Este otro artículo, también sobre leer y los clubes de lectura.
Este vídeo, uno de los mejores que nos ha dado Internet. Si no lo conoces, por favor, educate yourself.
En #PornoInmobiliario, este hilo de Twitter sobre La Borda, un edificio de Barcelona que es mucho más que un edificio. Chulísimo.
He visto Autodefensa, la serie de marras producida por Filmin y creada por Belen Barenys y Berta Prieto. No me ha gustado. Si tú la has visto, quiero saber qué opinas. Escríbeme.
Las amigas estupendas han sacado nuevo episodio de su podcast, con Valeria Vegas como invitada. Hablan sobre iconos pop. Son majísimas, escuchadlas.
Esta canción, un clásico que me acompaña las últimas semanas del año. Si no la has escuchado, no sé a qué esperas. Si ya la conoces, es un buen momento para escucharla otra vez.
👋 ¡Adiós, amigas!
Este será el último boletín del año. El miércoles vuelvo a España por Navidad y básicamente me voy a preocupar por 1) jugar mucho con mi perra, 2) descansar y 3) corregir exámenes y preparar clases para el siguiente semestre. La próxima vez que nos veamos, el boletín tendrá otra cara.
Pero eso será en el próximo año, así que dejaré que de las cosas del futuro se encargue el futuro.
Las cosas que ya sabes:
⏩ Me gusta que compartas este simpático boletín con tus amigas, porque así más gente me hará caso, y me gusta que la gente me haga caso por cuestiones que mi psicóloga todavía no ha logrado discernir.
☕ También me gusta que me inviten a un simbólico café virtual en agradecimiento del gigantesco esfuerzo que estoy haciendo para escribirte esta cartita entre clase y clase.
🔮 Y me gusta, sobre todo, que estés tranquila y descansada, así que estas vacaciones asegúrate de descansar, dormir bien y empezar el año relajada y con las pilas a tope. Sé que pido mucho, pero inténtalo. Yo lo intentaré también.
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Internet dice que esta cita es del libro Papá Puerco, de Terry Pratchett.