¡Hola! Esto es Movidas Bookclub, un boletín cultural en el que hablo de libros, arte, cultura, y mi puta movida, que para eso es mi boletín.
Me gusta mucho Londres.
Hija, es un cliché, ya lo sé. Pero no puedo evitar sentirme emocionado en una ciudad con tantas posibilidades como Londres. ¿Sabéis lo puto grande que es Londres? Es muy grande. En serio.
Londres no me pilla cerca. Lo tengo a siete horas en bus.1 Pero vengo varias veces al año porque conozco gente aquí y me quedo en sus casas como una garrapata que no se va ni con agua caliente.
Llevaba un tiempo queriendo visitar el Tate Modern.2 Es probablemente mi museo favorito, porque siempre encuentras cosas que te sorprenden, cosas que nunca has visto antes y y nunca has imaginado. A veces, es como estar en un planeta diferente, rodeado de cosas extrañas.
Esta vez también me he encontrado con una exposición que me ha emocionado profundamente.
Y precisamente de eso vengo a hablaros.
De la British Library. Una biblioteca de migrantes.
Una biblioteca de migrantes
The British Library es una exposición del artista Yinka Shonibare (1962) que consiste en una instalación de 6.328 libros, en cuyos lomos está escrito el nombre de inmigrantes británicos de primera y segunda generación. Nombres como Zadie Smith, Catalina de Aragón, Charlotte Brontë, o Idris Elba, entre muchos otros, que han contribuido al tejido sociocultural del Reino Unido y lo han convertido en el país que es. También incluye el nombre de personas que se han opuesto a la migración en el Reino Unido, como Norman Tebbit3, o Paul Nuttall4.
Justo en medio de la exposición hay unas tabletas con una página web donde se pueden consultar la lista completa de nombres, documentos que Shonibare usó para investigar, así como historias de otros migrantes anónimos. Podéis consultar la página web aquí.
Esta es sin duda la parte que más me emocionó: leer las historias de gente normal, anónima, que no contribuye más que con su trabajo, sus impuestos y su presencia y que ha sufrido los sinsabores de la inmigración desde todas las perspectivas. Un artefacto que te invita a colaborar activamente con la pieza, bien leyendo o escribiendo, y que me hizo reconsiderar mi propia condición de migrante.
Por supuesto, yo no he tenido grandes problemas emigrando. Llegué al Reino Unido con curro y pre-Brexit, y como dice una de las historias de la Biblioteca, “no tuve que emigrar, simplemente me mudé”. De hecho, esa fue la palabra exacta que utilicé cuando escribí un texto sobre mis primeros días en el Reino Unido.5 Mudarse. El lenguaje nunca es inocente.
En el Reino Unido existe, y lo creo de verdad, una conciencia real sobre la multiculturalidad del país. Debido a su pasado (y sus relaciones) coloniales, la sociedad británica es variada y la gente lo sabe, como señalan obras como The British Library o ensayos como The Good Immigrant (2017), que recoge distintos ensayos sobre la experiencia de inmigrantes en el Reino Unido.
—Pero Eduardo, ¿tú te crees que a mí me importa la inmigración en el Reino Unido, con todo lo que tengo en el plato?
Y yo te respondo que sí, que claro que lo entiendo, pero que te pares a pensar en el caso de nuestra Españita. Mientras que en Reino Unido son muy conscientes de su pasado colonial, de su multiculturalidad y están avanzadísimos en cuestiones de raza, tengo la impresión de que en España vamos un paso por detrás.
Hablando en plata, en España somos mucho más racistas que en Reino Unido.6
No me malinterpretéis: el Reino Unido no es ningún paraíso para los migrantes. Estamos hablando del país del Brexit, o el país que recientemente se negó a acoger refugiados en su embajada Ucraniana. Pero existe una conciencia de estos actos, así como movilizaciones tanto artísticas y culturales contra ellos.
¿Existen en España? ¿Somos nosotros conscientes de nuestro racismo, tanto interiorizado como institucionalizado? ¿Cómo respondemos a ello en nuestra vida, o en nuestra cultura? ¿Cómo respondes tú?
—Hija, Eduardo, qué intensa te has puesto.
Y tienes razón: hoy me he levantado intensa. Pero es que me sientan regular las injusticias que pasan en nuestras fronteras, como la violencia en Melilla o los CIEs, centros de internamientos de extranjeros.
Creo que estamos mejorando, eh. Que cada vez somos más conscientes de nuestras movidas racistas y que esto se refleja en nuestra cultura. Pienso en la publicación de obras como Qué hace un negro como tú en un sitio como este, de Moha Gerehou, Huaco retrato de Gabriela Wiener, o monólogos como este de Asaari Bibang.
Pero nos queda mucho camino por recorrer, muchas conversaciones incómodas que tener y mucha revisión que hacerse.
Y tú la primera, GUAPA.7
Cosas que he visto sobre inmigración/racismo en España
Este episodio de ¡Puedo Hablar?, con Gabriela Wiener.
Silvia Agüero, así en general. Habla sobre (anti)gitanismo y ha co-escrito un libro sobre resistencias gitanas.
Esta entrevista a Moha Gerehou.
Esta entrevista de Jordi Évole a Morad
La película A este lado del mundo, sobre la valla de Melilla. Inolvidable.
Y te dejo ya porque:
Pa qué más
Llego tarde a trabajar
Estoy haciendo esto “mientras trabajo”
He terminado esta entrega del boletín hace media hora, pero se me ha borrado y he tenido que empezar otra vez así que estoy hasta el COÑO
De verdad que llego tarde
¿Queréis escuchar algo gracioso? Tardo cinco horas en viajar desde Aberystwyth a Cardiff, y tengo que coger tres autobuses, cuando está a 100 millas. Pero tardo siete horas en llegar a Londres desde Aberystwyth, y un solo bus, cuando está al doble de distancia. Te hace pensar.
No confundir con el Tate Britain, el cual no conozco.
Ex ministro de Margaret Thatcher que propuso aceptar solo a los migrantes cuyos padres lucharon en el bloque de los Aliados en la II Guerra Mundial. Tócate los cojones.
Ex líder del partido independentista británico (UKIP).
No me malinterpretéis: el Reino Unido tampoco es un paraíso para los migrantes. Estamos hablando del país del Brexit.
Estoy hablando conmigo.