Esta semana pasada, no sé si te has enterado, ha sido el Jubileo de Platino de la Reina de la Inglaterra, cumpliendo setenta años en el trono. Para celebrarlo, nos han regalado un puente de cuatro días, se han organizado eventos por todo el país y todos los habitantes británicos1 han sacado sus union jacks2 al balcón con aires monarquicofestivos. Yo, sin ir más lejos, he ido a tres eventos distintos, todos ellos organizados por vecinos y amigos, en los que celebraban los setenta años de reinado de la reina con muchas banderas del Reino Unido y mucho alcohol. En una de ellas, incluso se brindó por la reina. He hablado un poco de eso en mi Twitter e incluso he compartido algunas fotos del evento, por si te interesa.
De este evento, sin duda histórico, he sacado una serie de conclusiones:
Definitivamente soy republicano. En el Reino Unido lo soy con la boca pequeña, porque siento que no estoy en una posición como para criticarlo. Pero sí, cada vez más convencido de que las instituciones monárquinas están a años luz de mi concepto de sociedad. No hay nada como ver esos derroches de poder militar en honor a la reina para convencerse. Saber se han gastado 28 millones de libras en celebraciones, merchandising y demás, tampoco ayuda.
En Gales no son muy prorreina. Sabéis que vivo en Gales, en un sitio que se llama Aberystwyth, ¿no? Pues estoy pasando unos días en Inglaterra y el número de casas en los que hondeaban banderas del jubileo se han multiplicado.
Todavía me dura el culture shock. Llevo tres años en el Reino Unido, y hay quien podría decir que ya estoy acostumbrado a la vida aquí. Pero ver escaparates llenos de merchandising de la reina, desfiles militares y un montón de gente que idolatra a Isabel como una diosa me descoloca profundamente, como español con relaciones conflictivas con sus símbolos nacionales.
La Reina3 es casi un producto de cultura pop. Mal que nos pese, porque por encima de las banderitas con la cara de Isabel y demás merchandising, también es una figura sociopolítica vital para la ciudadanía.
No voy a entrar en debates de si la monarquía británica está bien o mal porque, sinceramente, no puedo más con el tema. No me interesa en absoluto La Reina como producto cultural, detesto series como The Crown por lo tibias con la institución4 y me decepciona la falta de revuelta en la sociedad británica frente a la monarquía, cuando no me disgusta cómo le lamen el culo desde algunos círculos.5
Para mí, las reinas solo en la ficción, la historia o en Drag Race, muchas gracias.
Y en esta línea, tengo mucho de lo que hablar.
Libros sobre reinas (travestis)
Estoy escribiendo un libro sobre una travesti espacial (sí, no preguntéis), y solamente por cuestiones de investigación, tengo una bibliografía bastante amplia de biografías sobre travestis.
La mayoría de estos libros son, en su mayoría, merchandising. No creo que estén escritos por la reina en cuestión, con alguna que otra excepción. No he leído ninguno, y probablemente no los lea todos, pero yo te los paso igualmente, ordenados por las ganas que tengo de leerlos. Ah, y la mayoría están en inglés.
Si te apetece consultar la lista completa, puedes hacerlo aquí.
Pero yo te voy a hablar de un libro en concreto: Diary of a Drag Queen, de Tom/Crystal Rasmussen. Es el único libro de la lista que he tenido, físicamente, en mis manos. Fue en una de las primeras librerías LGBT del mundo, Gays The World. Al abrirlo por una página aleatoria, leí algo como “el mejor sexo es una mezcla de amor y odio” y pensé que ese libro era para mí. No sé por qué no lo compré, pero desde luego está el primero en mi lista.
Crystal Rasmussen es une travesti y escritore no binarie de Lancaster (Reino Unido) que cuenta en este libro su evolución como drag queen y cómo el drag le ayudó a encontrar su identidad. No me atrevo a hablar demasiado del libro porque no lo he leído, pero he leído este artículo en The Guardian y creo que me va a gustar. De ahí he sacado esto:
People often think drag queens are stupid or self-involved or exploitative of femininity, but those of us who are gender non-conforming are the diametric opposite of this. Through our need to be who we are, we become vectors for change, for exploring potential, for demonstrating just how full of colour, and questions, and limitlessness this dangerously dull world can be.
La gente piensa que las travestis son idiotas, o egoístas, o que se lucran de la feminidad, pero quienes somos de género no binario somos lo diametralmente opuesto a eso. A través de nuestra de necesidad de ser quienes somos, nos convertimos en vectores del cambio, de exploración, de la demostración de lo lleno de color, de preguntas y de límites que puede estar este mundo peligrosamente aburrido.
“Nos convertimos en vectores de cambio, de exploración”. 100% de acuerdo con esta afirmación. Una de las cosas que más me gustan de las travestis es que me enseñan cosas que nunca he visto, y creo que son exploradoras del género, del arte.
Por eso respeto más a estas reinas que a La Reina.
Larga vida a la reina (la reina aquí es Ana Roux)
Hay otra reina de la que no me puedo olvidar, y es esa señora confusa y deteriorada que creó la autora salmantina Ana Roux en Larga vida a la reina (2019).
Es una novela corta de fantasía épica muy poco habitual, no solo por el tema sino por cómo está contada: la novela cuenta la historia de la Gran Reina, que un día fue gloriosa y fuerte y que ahora se ha olvidado de quien es. Literalmente, la reina sufre demencia. La narración nos cuenta, de modo deliberadamente confuso y con algún que otro flashback, la historia de esta reina.
La leí cuando salió, en 2019, pero recuerdo bien dos cosas: 1. se lee de una sentada y 2. está muy bien escrita.
Y, ¿quién sabe? Tal vez La Reina y la Gran Reina tengan mucho que ver.
Los Eduardo Norte principales
Esto es lo que más he estado escuchando estas últimas semanas:
Sinceramente, todas deberíais escuchar About Damn Time, de Lizzo, porque es la única canción que me pone una sonrisa en la cara últimamente. Pero si os sentís un poquito soft y romanticonas, tenéis escuchar Videogames de Trixie Mattel.
Los tuits de la semana
Memes, leteratura y arte: las cosas que he visto en Twitter esta semana y más me han gustado. De nada.
AMeGA
Te escribo esto justito después de haberse sabido que Boris Johnson seguirá siendo el primer ministro del Reino Unido.
Qué bien, ¿eh?
En fin.
Si queréis darme una alegría, podéis hacer una de estas cosas:
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—Edu, ¿no te vas a cansar nunca de hacer esa broma? —diréis vosotras.
Y yo os respondo:
¿Qué broma?
Excepto los republicanos, claro. Pero de esos aquí en UK hay pocos.
Isabel II, la del UK. A partir de ahora me referiré a ella como La Reina
De hecho, de esto ya hablamos, aquí: Los ricos también lloran pero… ¿no nos dan penas?
Por si os apetece vomitar: en este artículo describen como es un día en la vida de La Reina, según el autor de At Home with the Queen, Brian Hoey.