Anoche vi Cardo, la serie creada por Ana Rujas y Claudia Costafreda y producida por los Javis. Llevaba un tiempo postponiéndola, porque aunque intuía que podía gustarme, nunca encontraba el momento para verla.
Me tragué sus cinco capítulos en veinte minutos, y salí de la serie con la sensación de ser diferente.
Es importante que sepas que esto no es una reseña, amiga. Las reseñas son análisis, y yo no quiero analizar nada aquí. Cardo es una serie hermosa e incómoda, en la que vemos a María (Ana Rujas) tomar decisiones equivocadas, una y otra vez. Te llevas las manos a la cabeza, le dices que pare, pero ella no para: se sube a la moto borracha.
Es algo masoquista, incómodo. Ver como María se equivoca todo el rato, se prende fuego, se autodestruye con pensamientos y actos. Es doloroso, pero tiene algo de bello y sanador. No te quiero contar el final. De eso ya te encargas tú.
Antes de esta serie nunca me había parado a pensar en la flor del cardo. Sabía que pinchaba, que andaba entre lo feo y lo bonito. Pero nunca me había detenido a pensar en la fuerza simbólica del cardo. Una flor que pincha, que se defiende.
Hice un poco de investigación wikipédica. El cardo es la flor nacional de Escocia y parte de su identidad nacional. Simboliza dureza, resiliencia, dolor, pena. Según Udo Becker, los cardos:
… simbolizan (…) las dificultades y las penas de la vida; en el arte cristiano, los padecimientos de Cristo y los mártires, por lo que son al mismo tiempo símbolo de redención. Las espinas que defienden contra los enemigos pueden cobrar también el significado de refugio. En China, el cardo era símbolo de larga vida, posiblemente porque conserva su forma incluso después de ser cortado y desecado.1
¿No es el cardo la mejor metáfora vital que conocéis? Decía el poeta Raúl Zurita que la vida es hermosa, incluso ahora. Y eso me viene a recordar el cardo, que lo que pincha y duele también puede ser bello y tosco. Que la vida nos puede pinchas a veces, pero tiene un color púrpura como no has visto en ningún otro lado.
De un tiempo a esta parte, vengo comprándome flores para decorar el salón. Casi siempre son plantas bonitas, rosas, margaritas, lirios, que florecen y se marchitan en apenas dos semanas. Me gusta comprarlas por el banal hecho de que huelen bien y alegran la vista. Así de básico soy.
La próxima vez, me gustaría comprarme un cardo. Para que me recuerde que las cosas bonitas a veces vienen con un pinchacito, que puedes ser hermoso y resistente, considerado una flor por unos y una mala hierba por otros.
Me identifico con el cardo, amigas, qué os voy a decir. Porque si puedo elegir, prefiero ser una planta tosca y resistente, que pincha y se defiende, que una bella flor que se marchita en dos semanas.
📋 Las cosas cardas
La serie Cardo. Nada más que añadir. La tienes en Atresmedia o en tu sitio pirata de confianza. De la serie también me ha gustado mucho su transfondo religioso y obrero, y me gustaría saber cuándo se va a escribir un libro sobre religión y cultura marica en España.
La aplicación Forest. Bloquea tu móvil mientras planta un simpático arbolito. Creo que ya la he recomendado, pero me gusta tanto y la uso tanto que la recomiendo otra vez. Es ideal para ayudarme a concentrarme, y ver el bosque que he plantado cada semana es súper satisfactorio.
He terminado de leer Panteón, de Carlos Sisí. Premio Minotauro 2013, ahí es nada. No me ha flipado.
Estoy leyendo ahora Éxodo (o como salvar a la reina), de David Luna. Premio UPC 2016, trata sobre una sociedad humana que imita a las abejas. Llevo una hora de lectura2, pero por ahora me está gustado. Ya os contaré.
La app de Substack. Han cambiado cosas últimamente y me flipa. Creo que intentan crear algo alejado del scroll infinito y de lo que me gusta formar parte. Si te agobia el grito infinito de Twitter, prueba Substack a ver qué tal.
Gracias a mi amiga
, he descubierto mi nuevo podcast de confianza: Todo Mal. Dos colegas valencianos que se unen para hablar de cosas, elocuentes y preparados. Echadle una escuchadita, a ver si os gusta.El otro día vi The Capote Tapes, un documental sobre Truman Capote que dibuja una imagen bastante despierta del autor. Lo tenéis en Filmin: lo recomiendo.
Esta canción:
🦚 El poema
Escuché el podcast Grandes Infelices sobre Roberto Bolaño, en el que citan este poema suyo titulado Mi carrera literaria:
Rechazos de Anagrama, Grijalbo, Planeta, con toda seguridad
también de Alfaguara, Mondadori. Un no de Muchnik,
Seix Barral, Destino…
Todas las editoriales… Todos los lectores…
Todos los gerentes de ventas…
Bajo el puente, mientras llueve, una oportunidad de oro
para verme a mí mismo:
como una culebra en el Polo Norte, pero escribiendo.
Escribiendo poesía en el país de los imbéciles.
Escribiendo con mi hijo en las rodillas.
Escribiendo hasta que cae la noche
con un estruendo de los mil demonios. Los demonios que han de llevarme al infierno,
pero escribiendo.
👋 ¡Adiós, amiga!
Gracias por leer, espero que te haya gustado. Te recuerdo que la mejor forma de apoyarme es CON DINERO (si quieres, vaya, jeje, que no hace falta tampoco, ¿sabes?)
Nos vemos la semana que viene con más Movidas. Antes de irme, tres últimas cosas:
Infusiones para dormir: sí.
Cocina algo que nunca has cocinado antes. Como sushi, o guiso de ternera. No lo sé, tú verás.
¿Esa libreta tan bonita que te compraste en aquel viaje y que nunca has estrenado? Estrénala. Usarla la hará más bonita, ya verás.
Simpática referencia: Enciclopedia de los símbolos, Udo Becker (2003)
Consecuencia de leer todo en kindle: no cuento en páginas, cuento en horas de lectura.