Amigas, yo, como cualquier persona aburrida con su vida, no puedo evitar dejarme llevar por el drama ajeno.
Por eso cuando se anunció la sesión de Bizarrap con Shakira, y se rumoreaba que iba a ser una canción de purito despecho, y me contaron aquella leyenda urbana de la mermelada, no pude evitar verme envuelto en el huracán mediático que ha rodeado la canción. Un poco como cuando ves a dos personas pelear en público, que bajas el volumen de tus auriculares para escuchar sin que se note, así me sentí yo mientras investigaba sobre la ruptura más sonada del año (¡por ahora!).
No voy a hablar de Shakira, tranquilas. No creo que mi opinión sea interesante en este mar de yocreoqués que es el Internet. Y en cualquier caso, si me conocéis un mínimo, sabéis lo que pienso sobre el tema.
Sin embargo, la venganza de la canciocita de marras me hizo pensar en una obra de teatro clásico que presenta una versión cruda y sanguinaria del despecho: la Medea de Eurípides, una obra del siglo IV a.c.
Os pongo en contexto, amigas.
Medea era una bruja, hija del rey de la Cólquida, que ayudó al héroe Jasón a robar un tesoro de su padre. Habiendo traicionando a su familia, Medea se casa con Jasón, se sube en su barco y tiene dos hijos con él. Pero su marido, de quien ella está completamente enamorada y por quien ha dejado todo lo que tenía, al tiempo acaba dejándola para casarse con otra mujer. ¿La razón? Por dinero, amigas: el padre de la nueva esposa le ofrece mucho dinero por esa unión.
Claro, Medea no se lo toma bien. Ella, que ha traicionado a su propia familia por Jasón, que quedará desterrada y lejos de sus hijos tras la ruptura, jura vengarse: “voy a ser una maldición para tu casa”, le dice.
Y nuestra amiga Medea, brujita experta en venenos, completamente despechada, cansada, hasta el moño, se pone a urdir su venganza, un plan para darle una lección al padre de sus hijos. Y ella no se va a conformar con unos versos ponzoñosos.
Para castigar a Jasón, le regala a su nueva querida una corona y un vestido envenenado, que prenden fuego a su piel cuando se lo pone.
Complacida, Medea describe la muerte de la mujer:
No se distinguía la expresión de sus ojos ni su bello rostro, la sangre caía desde lo alto de su cabeza confundida con el fuego, y las carnes se desprendían de sus huesos, como lágrimas de pino, bajo los invisibles dientes del veneno.
No contenta con esto, y sabiendo clara-mente1 dar donde más duele, también asesina a los dos hijos que ha tenido con el héroe. Ella misma duda de esta acción, pero acaba convenciéndose, aunque consciente de los crímenes que comete.
Cuando Jasón se entera de la movida, ella todavía tiene el coño de decirle que todo aquello eso culpa suya, culpa “de [su] soberbia y [sus] bodas flamantes”, y que lo que le ha pasado es justo castigo por sus males.
Le dice:
No ibas a llevar vida placentera riéndote de mí tras tu deshonra del lecho conyugal; ni impunemente habían de echarme del país (…) Herí tu alma como lo merecías.
Curiosamente, Medea no es castigada, ni en esta obra ni en otra: a Medea le salva un carro que manda Helios, el dios del sol, y después vivirá aventuras, tendrá una vida tranquila y relajada, morirá de vieja, y tras morir irá a los Campos Elíseos.
Si os encontráis en un momento de despecho en vuestra vida, absorbed la energía de Medea. No os recomiendo matar a ningún niño ni prender fuego a ninguna novia. Pero sí os recomiendo dejaros llevar un poquito, solo un poco, por el despecho, por la rabia, por el ansia de venganza. Si Medea vivió tranquila después de la traición de Jasón, es en parte porque llevó sus emociones hasta el límite más absoluto, y no dejó que ninguna reflexión le traicionara.
A veces, una tiene que enfadarse, romper un par de platos, escribir unos versos venenosos y escupir palabras feas para vivir tranquila y relajada, para soltar lastre y elevarse.
Efectivamente, amigas, lo habéis adivinado: soy team Shakira.
📋 Cosas venenosas
Si os interesa la historia de Medea, la profesora Eva Tobalina lo cuenta mucho mejor que yo. Las citas las he sacado casi todas de su presentación.
La newsletter de
: dibujitos y lecturas, bastante reconfortante e inspirador. Está en inglés.Esta entrevista de dos horas que le han hecho a Bob Pop. Os tengo dicho que Bob Pop es un regalo que nos ha dado la vida y que tenemos que aprovechar todas las oportunidades que la vida nos dé para escucharle. ¡Viva Bob Pop!
He terminado de leer ‘El verano de los críptidos’, de Eme Martínez Herrero. Un muchacho vuelve a su pueblo y se lo encuentra infestado de monstruos. Romántica y fantasía, con un tonito cómico bastante entretenido. Si buscas algo ligero, a lo mejor te interesa.
Esta canción. Buenísima, tenéis que escucharla.
✨ Un ángel caído
He empezado a leer ‘Nuestra parte de noche’, de Mariana Enríquez, novela de la cual no sabía absolutamente nada, más allá de que trata sobre un padre y un hijo en la Argentina de Videla, que bordea el terror, que ganó el Herralde de novela y que a mi madre no le gustó. No he querido enterarme de más, pero por ahora me está encantando.
Cuando empecé a leer me di cuenta inmediatamente de dónde venía el elemento de terror. De hecho, si sois un poco, solo un poco, más listas que yo, podéis adivinarlo solo mirando la portada, creada con un fragmento de la famosa pintura de Alexandre Cabanel.
Es posible que hayáis visto esta obra cientos de veces en este nuestro Internet.
La imagen representa el momento en el que a Satán le expulsaron del cielo después de revelarse contra Dios. Lo vemos aquí derrotado y rabioso, con la frustración todavía fresca. Por alguna razón, este twink musculado con lágrimas en los ojos resuena bien en nuestro siglo XXI.
Yo entiendo perfectamente por qué: hay algo en esos ojos llorosos, en esos músculos flexionados, en esa rabia y en esa pena con lo que me siento identificado.
👋 Adiós, amiga
Tres últimos consejos vitales y estúpidos que te entrego:
Compra flores a menudo y ponlas en algún lado visible. Alegran la vista, huelen bien, y puedes encontrarlas baratas. Hazme caso, tu calidad de vida mejorará con solo unas pocas flores en el lugar adecuado.
Si no te está gustando el libro que estás leyendo, abandónalo. En serio. No le debes nada a nadie. La vida es muy corta para leer libros que no te flipen.
Enmarca tus fotos. No quedan igual sin marcos, lo sabes.
(Perdón por el chiste fácil)