Leer como un niño
Sobre literatura infantil y sobre mí (Atención, este boletín incluye perrete).
En el ocaso de 2022 me dio por hacer algo que hacía mucho, mucho tiempo que no hacía: leer literatura infantil. En parte porque me apetecía, en parte por investigación personal, en parte porque quería acabar el año con 60 libros leídos.
Aprovechando que pasé las navidades en casa de mi madre, me dirigí a la habitación donde guardamos los libros y me armé de todos esos ejemplares de El Barco de Vapor y Sopa de Letras que llevaban cogiendo polvo desde que me hicieron comprarlos en tercero de primaria.
Curiosamente, de niño no fui un buen lector. Estaba demasiado trasnochado por los Digimon, los Pokemon y los Bionicles como para perderme en un libro. Muchos de esos ejemplares no llegué ni siquiera a empezarlos cuando estaba en la edad recomendada. Así que leerlos ahora, con 27 tacos, tenía algo de deuda pendiente conmigo mismo que debía saldar.
Tampoco leí tanto, unos cinco o seis libros que me duraron una semana. Pero fue un delirio lector que me llevó a una serie de conclusiones que quiero compartir con vosotras.
La literatura infantil es pura imaginación
Mientras leía mis pequeños ejemplares de apenas cincuenta páginas sentía que todo podía pasar. Estas historias se rigen por sus propias reglas, por supuesto, pero creo que estas reglas son menos numerosas y más flexibles en la literatura infantil. Esto es, en sí mismo, beneficioso: acostumbrados como estamos a la vida diaria adulta, a textos aburridos y serios, a cosas que son del color que deben, enfrentarse a un texto que te puede cambiar la tipografía o en la que una niña se hace amiga de un dragón es un soplo de aire fresco en nuestras tediosas vidas.
La literatura infantil es difícil (de escribir).
Hay una complejidad muy específica en hacer cosas sencillas. Una historia infantil, con un lenguaje claro y una historia simple, puede parecer fácil de hacer. Lo cierto es que hacer cosas sencillas y profundas, que entretengan a un niño pero también a un adulto (si se me puede considerar uno), es una de las cosas más complicadas que existen.
Liberarse de prejuicios
Lo voy a confesar aquí, delante de todas vosotras: me daba vergüenza pasearme por la sección de libros infantiles. Ya ves tú qué tontería. Pensaba que yo, un adulto casi funcional, debería leer cosas más interesantes. Almudena Grandes, por ejemplo. Tampoco tenía en alta estima cultural a la literatura infantil. Pensaba que los libros infantiles tenían poco valor literario, y por tanto, poco que aportarme. Qué equivocado estaba, amigas.
Leer literatura infantil durante una semana me ha curado todos estos prejuicios. He comprendido la belleza que puede esconder la literatura infantil, me he revuelto como un gorrino en historias bien contadas y he salido de ellas feliz, entretenido, y más libre de mis propias tonterías. La idea de que por tener cierta edad no debemos hacer ciertas cosas (como leer Manolito Gafotas, por ejemplo) no es solo ridícula, es limitante.
Entrenar la incredulidad
Leer literatura infantil, o más bien, leer como un niño te lleva a entrenar la incredulidad, ese elemento tan importante para disfrutar de la ficción. ¿Podrías disfrutar de una historia si tuvieras el moscardón de la realidad constantemente detrás de la oreja?
Creo que, con el tiempo, disfrutamos menos de las historias porque la realidad nos ocupa demasiado espacio: el trabajo, la casa, las responsabilidades… somos menos ingenuos, más entrenados. Entrenar la capacidad de dejarse llevar por una historia, simplemente por su mero disfrute, es algo que te recomiendo hacer.
Leer como un niño
Personalmente, leer literatura infantil me ha conectado con unas emociones y experiencias que hacía tiempo que no sentía. Leer se convirtió, otra vez, en un juego, en una aventura. No leía por trabajo, por conocimiento, por capital cultural. Leía, simple y llanamente, por disfrute.
¿Y hay alguna manera mejor de leer?
🙏 La petición
Si tienes recomendaciones de literatura infantil / juvenil, quiero escucharlas. Quiero saber qué habéis leído, algo que os haya emocionado como a un niño y que recomendarías a tu prima de ocho años.
Yo soy tu prima de ocho años. Recomiéndame algo.
Quiero saber.
📋 Las cosas, cositas, cosas
Este vídeo de Pedro Pascal y Miguel Ángel Silvestre bailando. De nada.
Hablando de Pedro Pascal: The Last of Us, la última cosa grande de HBO. Ya, amiga, no quiero recomendarte cosas mainstream, pero si te lo estabas preguntando, de verdad que es buena. Zombies + hongos + Pedro Pascal. El revival del género postapocalíptico que no sabías que necesitabas.
Este vídeo de Putomikel sobre las inteligencias artificiales. Es larguito, pero vale la pena sentarse un rato a escucharle si te interesa el tema.
Esta versión de Christina Rosenvinge de La gata bajo la lluvia, de Rocío Durcal.
Si eres hablante de catalán, te recomiendo ver el Latexou con Marc Giró en RTVE. Marc Giró es una de las personas más graciosas que existen: no os perdáis la oportunidad de escucharle, nunca.
Este videoartículo de Gabriella Campbell: Deja de compararte con otros escritores (vídeo y notas)
Por si mi pequeño discurso a favor de la literatura infantil te ha picado el gusanillo: La verdad sobre la Vieja Carola, de Carmen Pacheco. Una historia fantástica sobre veranos nostálgicos, magia y secretos contado con delicadeza y tensión. Fue finalista del Premio Barco de Vapor. Me gustaría saber qué novela ganó ese año.
📸 La foto
Esta fotografía de Jonathan Blair para Natural Geographic: Women Enjoy The Benefits Of A Heated Whirlpool In Saint Petersburg, Florida, 1973
En Instagram, una persona comentaba que parecía hecha por una IA. Interesante la manera en que en que IART está disrumpiendo nuestra visión del arte.
💰 La gorra
Si te ha gustado este simpático boletín, puedes apoyarlo echándome unas monedillas en mi Ko-Fi.
No tienes por qué, faltaría más, ¿pero no es fantástico apoyar a los pequeños creadores de internet? ¿insuflarles un poquito de ego en términos monetarios? ¿ayudarles a pasar el mes?
Razones por las que no apoyar a gente de internet que te gusta: literalmente cero.
Si no lo haces por mí, hazlo por Frida, triste, el día que cogía un avión para volver a Gales. ¿Acaso no te da pena en esta foto?
👋 Adiós, amiga
Tres consejos de despedida:
No te compras ese brócoli a no ser que tengas planes específicos para él. De lo contrario, no te lo vas a comer.
Si tienes una planta, y florece, guárdala en las páginas de un libro viejo. El algún momento del futuro, alguien, posiblemente tú, lo abrirá y se encontrará con ese regalo del pasado.
Siéntate un rato, ponte una playlist en Youtube, y haz un dibujo. Aunque sea feo. Date un rato para crear algo inservible.
Leerte me ha alegrado el domingo 🧡 Recuerdo especialmente 'Hoyos', del Barco de Vapor Rojo que me flipó de pequeña. Era ya de los juveniles, pero me han entrado unas ganas tremendas de leerlo gracias a ti!
Hola! Te recomiendo Guachipira va de viaje de Ariadna Arteaga Quintero.