El mejor regalo
Sobre hacer regalos, sobre mí, sobre el Planeta. (¡Atención, este boletín incluye perrete!)
El otro día tuve una pesadilla. Estaba en una tienda comprando un regalo para una amiga, y por alguna razón que los sueños me ocultaron estaba, estaba con su madre. Yo le contaba mi plan de regalo, y ella me daba su opinión, a veces demasiado sincera, con el morro torcido.
—No se si esto le va a gustar… —me decía.
Yo me empezaba a poner nervioso, al ver que ninguna de mis opciones de regalo era buena. No saber qué regalar dice muchas cosas sobre mi relación con mi amiga, y ninguna buena. O eso entendía en mi lógica onírica.
Presa del pánico, empezaba a seleccionar cosas aleatorias, numerosas. Podemos comprarle esto, y esto, y esto… a falta de un buen regalo, bien están muchos regalos malos. Intentaba suplir mi carencia de un presente acertado con multitud de trastos de utilidad cuestionable y precio elevado.
Iba seleccionando cosas en esa tienda (que era una mezcla de Claire’s y de Zara Home), hasta que el morro torcido de la madre de mi amiga se convirtió en una sonrisa satisfecha.
Al pasar por caja, el terror: me había gastado una pasta en regalos. Concretamente, todo lo que me quedaba en mi cuenta bancaria para pasar el mes. (No quiero decir cuánto para no exponerme financieramente, pero pensad tres cifras).
Justo cuando la dependienta me dijo la cifra me desperté. Del susto, claro.
Aquel sueño —siendo honestos tampoco lo llamaría pesadilla— me cristalizó un miedo muy específico: no saber qué regalar. Que sea el cumpleaños de una amiga y no tener ni idea de qué le va a gustar. Siempre se puede recurrir a lugares comunes, un libro, una planta. Pero eso no me alisa la arruga de la preocupación, la sensación de ser un mal amigo. En mi sueño, intentaba sustituir la calidad por la cantidad, con fatídico resultado en mi cartera.
La RAE describe el sustantivo regalo como “dádiva que se hace voluntariamente o por costumbre”, y me pareció una definición muy acertada. Un regalo se hace voluntariamente o por costumbre, o dicho de otra forma, porque queremos o porque es lo que hay.
No voy a revelarme aquí contra los regalos por costumbre porque sigo teniendo aprecio a mis calcetines de navidad, pero sí voy a defender la práctica del regalo voluntario. Hay un dicho popular que dice que el mejor regalo es el tiempo y la atención, y aunque no lo contradigo, yo creo que el mejor regalo es el verdaderamente voluntario. El que se hace desde el amor puro, sin esperar nada a cambio, sin ninguna razón en particular. El regalo y un deseo genuino de que guste. Nada más.
Ojalá regalemos más por voluntad que por costumbre. Sobre todo porque cuando se regala bien, gana el regalado y el regalador. Hay una satisfacción muy específica en regalar bien, en compartir la sorpresa ajena, la alegría compañera. Pienso en una orquídea que le regalé a una amiga cuando se mudó, en una figurita con forma de perro que le regalé a mi madre, y encuentro cierta calma en esos recuerdos.
Pienso que hacer regalos tiene un poco de esfuerzo diario. De prestar atención, escuchar y observar las necesidades, los gustos y preferencias de la otra persona. De querer sorprender y alegrar, voluntariamente y no por costumbre. No solo por la alegría ajena, sino también por la propia. La satisfacción de regalar bien.
📋 Cosas voluntarias.
La película Upon entry, en Filmin. Una pareja de españoles llega a los Estados Unidos para trabajar pero… les detienen en el aeropuerto. Es cortita, apenas hora y pico. Pero es una hora y pico de tensión en crescendo. Muy recomendada.
Este artículo/análisis sobre las Flos Mariae, al hilo de la nueva serie de los Javis. Todavía no he empezado a ver la serie de marras, pero ganas no me faltan.
Este año creé una nota en mi móvil para anotar posibles regalos y cada vez que se me ocurría algo para alguien, lo anotaba. Es una práctica que recomiendo para personas que quieren regalar más y mejor. Sobre todo, mejor.
- , pequeñas recetas con muchas posibilidades. Me gusta mucho como las cosas sencillas puedes ser tan satisfactorias.
El vídeo de Meryl Streep bailando al son de las gaitas asturianas, el día que le dieron el premio princesa de asturias. De mis cosas favoritas de internet para siempre.
También, el discurso de Meryl Streep al recibir el Premio Princesa de Asturias. “La empatía puede ser una forma radical de acercamiento y diplomacia, en este mundo cada vez más hostil y volátil (…) Lo importante es escuchar.”
La música de Rodrigo Cuevas, a quien se le ha concedido hace poco el Premio Nacional de las Músicas Actuales. Esta canción, por ejemplo:
📚 La anécdota librera
Esta semana se ha anunciado el prestigioso (*risas enlatadas*) Premio Planeta. Al hilo de esto, Silvia Broome cuenta que todos los años en las campañas de Navidad apostaban con otros libreros cuál iba a ser el libro más devuelto, que no el más vendido.
Siempre ganaba el Planeta. Es una cuestión lógica: si es el libro más vendido también va a ser el premio más devuelto. Y cuando no se sabe qué regalar… un Premio Planeta es muy socorrido.
A todo esto, sobre el Premio Planeta, me gusta mucho lo que ha dicho Bob Pop: “Es un premio empresarial, a la trabajadora del año”1.
🎨 El arte polémico
Como viene siendo tradición, el Planeta ha venido acompañado con una polémica: la de las portadas supuestamente hechas con Inteligencia Artificial.
Al poco de relevarse las portadas, algunas voces condenatorias de Twitter señalaron que estas parecían estar hechas con IA. Dado lo prestigioso del Premio, los beneficios económicos que suele cosechar y el desembolso que la editorial hace con este producto, ahorrarte el gasto de arte en una IA es, como poco, vergonzoso.
Resultó que al menos la portada del Premio no estaba hecha con IA, y tuvo que salir el artista, David de las Heras, a desmentirlo.
Sin meterme en el debate de las inteligencias editoriales y su uso en procesos editoriales, es evidente que hemos llegado a esa época en el que el arte generado por IA y el arte humano es indistinguible.
No sé si es algo que celebrar o lamentar. Eso lo dejo a vuestro criterio.
No quiero dejar de compartir el trabajo de David de las Heras, cuyas ilustraciones seguro que habéis visto aquí o allá. Seguro que lo disfrutáis:
🔊 La promo malhecha
Creo que lo hago poco, así que espero que no os moleste que lo haga. Pero si te gusta recibir estas cartitas semanales a lo mejor te interesa saber que he publicado DOS LIBROS sobre muy dispares temas.
CARTAS AGUPIANAS, sobre un perro, un alien y una familia queer. Ciencia ficción flojita con un puntito de humor.
Y PIEL DE SAPO, sobre una relación torcida y un melón maldito. Terror marika, ghosting y relaciones tóxicas.
Ambas dos disponibles en la web de la Editorial Cerbero, tanto en papel como en digital.
Y para suavizar la promo, la acompaño con una foto de Frida que seguro que os gusta:
👋 ¡Adiós, amigas!
Estoy un poco (*tose débilmente*) malito, así que os voy a pedir que me deseéis ánimos y prontas recuperaciones. Los cafés me sientan de maravilla, por ejemplo.
Tres cosas, las últimas:
No vayas a trabajar si estás enferma. No seas tonta.
Hazle un regalo a una amiga. Aleatorio y sincero. Ya verás qué alegría.
Cocina algo nuevo. Dedica un día a buscar una nueva receta, buscar los ingredientes, prepararla con mimo.
Qué mood está entrega, Edu. Me pasa que soy un desastre con los regalos, pero no por falta de interés, sino porque nunca sé qué será lo indicado. Me apunto lo de la nota en el móvil!
el vídeo de meryl streep bailando al son de las gaitas asturianas, el verdadero imperio romano (llego tardísimo a la trend, supongo). y como dirían los portugueses: as melhoras!